Todo el mundo adora a un dios

Todos adoramos a un dios: cuando negamos al Dios del Amor, de la abundancia, de la benevolencia, del conocimiento, de la libertad, de la luz..., entonces, instantáneamente, aunque no tengamos conciencia de ello, adoramos al falso dios de la esclavitud del ego, al falso dios de la confrontación, de la escasez, de la malicia, de la ignorancia y de la inventiva retorcida que con sus elaboradas construcciones intenta justificar todos esos pseudovalores del mundo de la esclavitud que representa el ego. El Dios del Amor quiere que hagamos nuestra voluntad, nuestra voluntad verdadera, la que emana de nuestro ser real, y quiere que la hagamos con la alegría de la libertad. Por eso Dios es Libertad, y las caricaturas que el ego construye de la libertad no son más que formas de esclavitud.

Jesús María Bustelo Acevedo

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