La falsedad del sacrificio

Uno de los engaños del ego es el sacrificio, que no es más que culpabilidad en nosotros o proyectada en nuestros hermanos. La idea de sacrificio es consecuencia de la negación del amor infinito que somos, un amor de naturaleza feliz, eterna y oferente. Al negar este amor verdadero, nos inventamos uno falso que no es más que sufrimiento disfrazado, un sufrimiento que queremos hacer pagar a nuestros semejantes o por el que nos sentimos en deuda con ellos. Dolor, deuda, pago, compromiso, obligación... Esas son las expresiones de un mundo falso sin amor, donde en su lugar lo que impera es el negocio y el resentimiento, hasta el punto de improvisar efímeras sensaciones placenteras conformes con su idea de separación y ataque.

Jesús María Bustelo Acevedo

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