La necesidad de confrontar inherente al ego define su debilidad. Atacar es reconocer en lo atacado un poder que quien ataca percibe como escaso o ausente en sí mismo. Quien es consciente de la fortaleza infinita de su ser no precisa de ningún ataque ni tampoco puede sentirse atacado en ninguna situación. Vive conforme a esa fortaleza del Amor que es su ser real y simplemente busca lo que le falta. ¿Y qué le falta a quien es todo Amor? Compartirlo.
Jesús María Bustelo Acevedo
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