El mundo sensorial

El mundo del que nos informan nuestros sentidos no es nuestro verdadero hogar; lo hemos fabricado al percibirnos separados del único mundo real, el Reino del Amor al cual pertenecemos. Por más que hagamos y deshagamos en el mundo de apariencias, no podremos hacer de él ese Reino de los Cielos para el que fueron creadas nuestras almas. Pero sí podemos hacer que ese mismo Reino de los Cielos sea quien construya, sea quien cree, convirtiéndonos entonces en los verdaderos creadores que por Voluntad de Dios somos.

Jesús María Bustelo Acevedo

Música

Nuestras mentes son como instrumentos musicales que no pueden concebir ocultar la música que producen. Por eso la música, con sus infinitos matices, nos transmite tanta paz, porque nos recuerda nuestra Divinidad común, la comunión de nuestras almas y la libertad de nuestros pensamientos, que en la verdad no precisan de ocultamiento alguno.

Jesús María Bustelo Acevedo

Fuente de Amor

Las ilusiones son la consecuencia inevitable de la falta de fe; es decir, que es la fe la que nos encamina hacia la verdad. Y ¿qué es la verdad sino la presencia y plenitud del conocimiento? Luego la fe verdadera tiene que ver con el conocimiento, no tiene que ver con apariciones extraordinarias ni sucesos paranormales (delegaciones en la magia). Quien desea estas cosas es porque no tiene fe (desear es un pseudovalor propio del ego; nuestra naturaleza verdadera, toda amor y abundancia, no precisa de otra cosa que compartir esos bienes, y no concibe por lo tanto el concepto de desear). El agua no tiene sed. Por eso le habla Jesús a la samaritana de ese agua que nos quita eternamente la sed, que es una imagen poética de esa Fuente de Amor con la que Dios crea nuestras almas.

Jesús María Bustelo Acevedo

Dios es mi Fortaleza

La infinitud de nuestro Ser no tiene cabida en un cuerpo que no se entiende sin lo que no es ese cuerpo. Porque el cuerpo es una máquina dependiente, pero nuestro Ser es libre, completo e independiente. Sólo depende de Aquel que nos hizo por Amor, con Amor y para el Amor; no somos otra cosa que su efecto, el compartimiento de su Naturaleza Amorosa y Eterna, y con ello de todos los dones que la definen... Somos completos, y así lo son todos nuestros semejantes. Cuando los atacamos, los limitamos a lo que ese ataque significa (los límites son siempre del miedo, nunca del Amor infinito), porque no percibimos esa completud que no es más que su Divinidad. Cuando los atacamos vemos un error, no a su verdadero Ser, a nuestro verdadero Ser, en cuya fortaleza no se concibe el ataque.

Jesús María Bustelo Acevedo

Libertad

El cuerpo es un limitador, pero nuestra mente es infinita, tan infinita como su libertad; por lo tanto, no se puede encerrar en un cuerpo. Imaginárnosla presa de ese cuerpo es percibirnos sin libertad. Cuando no nos reconocemos en ese cuerpo perecedero, éste se pone a nuestro servicio en nuestra búsqueda del conocimiento, en el ejercicio de nuestra creatividad y en nuestra propia condición de almas libres, en esa libertad que sólo es concebible en el mundo verdadero del Amor para el cual somos creados en la Eternidad. Sólo lo que existe alberga libertad. El ego no puede ser libre y cuanto construye en su mundo de apariencias es mecánico, reaccionario, dependiente y previsible, que son las etiquetas que definen a aquello que no opera en libertad. La libertad es un don sagrado que Dios comparte con nosotros por su Voluntad; las percepciones conflictivas de una supuesta libertad están basadas en la falsa idea de la separación que no reconoce la Unidad de Dios y de toda Su Obra.

Jesús María Bustelo Acevedo

El Milagro de la Vida

Milagro es pensar siempre con amor, con el amor que define nuestro ser y rige todos nuestros sentimientos verdaderos. Somos efecto de Dios (somos Dios, en efecto -que no en causa: Dios es nuestra causa y vivir para otra es demencia pasajera-) y nuestras creaciones se dan gracias al milagro de reconocerlo (re-conocerlo). Milagro es ser lo que somos, el amor que somos, cuya naturaleza es crear eternamente. El sabio contempla al río porque el fluir de sus aguas le recuerda esta verdad, la verdad del amor. Amor es crear, y sólo eso es vivir. Eso es el Milagro de la Vida.

Jesús María Bustelo Acevedo

Sobre el Amor

Aceptar la confrontación como algo natural supone que la separación es considerada como algo natural, y, lo que es peor, la idea demente de que el Amor puede ser derrotado, porque el Amor es la paz y la alegría en la que eternamente viven todas nuestras almas. Pensar que el Amor puede ser derrotado es concebir al Amor como algo expuesto a los vaivenes del falso mundo de apariencias que hemos concebido al negar el Amor que somos. Al pensar que el Amor, que es sinónimo de vida, puede ser derrotado, entonces ahí ya hemos inventado la muerte y nos hemos sometido a ella. Por eso creemos morir. Y por eso sentirnos que somos ese Amor es renacer a la vida eterna. Nuestra conciencia renace a la vida eterna, porque nuestro Ser ya está ahí, y por eso en nuestros "chispazos" de cordura evocamos esa eternidad. La falsa eternidad que inventa el ego (un tiempo sin fin) sólo responde a su deseo de perdurar; sólo el ego puede albergar deseos y sólo el deseo de ponerlos todos ante la luz del Espíritu Santo los deshace en su falsedad. Sólo el Amor existe.

Jesús María Bustelo Acevedo

Perfección

Somos perfectos, porque el Hijo de Dios es la expresión de la Perfección Divina. Dios no puede crear nada que no esté conforme con Su Naturaleza. Si no nos consideramos perfectos, es que nos estamos evaluando desde algo que no es esa Perfección; es decir, desde lo que no somos, desde aquello que llamamos ego.

Jesús María Bustelo Acevedo

Dios no está en nuestras invenciones

Sanamos cuando ponemos la mente en manos de Su Creador. Por eso, expresión de locura es la creencia de que la mente se crea a sí misma (que nos creamos a nosotros mismos). Somos creadores, somos creadores en la Eternidad, en alabanza de Dios, por la Voluntad de Dios, y siempre, en nuestra creación, está la esencia y la presencia de Dios; si no, no creamos de verdad, aunque nos lo creamos. Eso es justo lo que sucede cuando fabricamos en el mundo de apariencias: Dios no está en esas invenciones.

Jesús María Bustelo Acevedo

La paciencia del ego

Para el ego, la paciencia siempre es limitada, puesto que la interpreta como algo sujeto al tiempo y al espacio (tal como el propio ego); de ese falso concepto de la paciencia proviene la imagen del vaso que amenaza con rebosar. La paciencia del ego es una paciencia de mentira porque el ego no tiene paciencia; es decir, no es más que un fingimiento interesado.

Jesús María Bustelo Acevedo

Donde hay miedo, no hay amor

El ego se desenvuelve en un mundo de miedo, porque la presencia del miedo es la negación del amor, y la negación del amor da lugar al sueño del ego, que es un mundo sin amor. Desde el ego, vemos separación y al ver separación concebimos la culpa, y con ella la falsa inocencia, una falsa inocencia que necesita justificarse en la culpabilidad de algo, una falsa inocencia que precisa ser apuntalada por aquella culpa que percibe en lo ajeno. Por eso proyectamos la culpabilidad: para construir esa falsa inocencia tras no reconocer la verdadera inocencia de nuestro Ser. En realidad, proyectar es conservar la culpa; la conservamos al proyectarla porque una falsa inocencia no puede satisfacernos y preferimos volvernos a sentir culpables, y ciertamente nos sentimos culpables, dado que, a fin de cuentas, nuestros semejantes no lo eran y en nuestro fuero interno somos conscientes de este juego sin sentido (el único sentido de la vida es desde dentro -desde - hacia fuera: eso es extender el Reino de los Cielos, eso es vivir en la Eternidad).

Jesús María Bustelo Acevedo

Reinterpretaciones del Espíritu Santo

El tiempo es del ego y la Eternidad de Dios. El Espíritu Santo nos hace tomar conciencia de esa Eternidad, reinterpretando las invenciones del ego. El ego comienza y termina en el ego y no concibe la Eternidad, ni percibe la Divinidad en nuestros hermanos, ni cree en el Amor (lo que en verdad somos)... Por lo tanto, sólo la fe nos facilita el trabajo amoroso del Espíritu Santo; Éste transforma las fabricaciones egoicas en recursos de enseñanza. El Espíritu Santo utiliza el "lenguaje" que podemos comprender, un lenguaje que tiene que ver con el tiempo y el espacio, aunque estos no sean más que ilusiones de un mundo de apariencias.

Jesús María Bustelo Acevedo

La Alternativa

La voz del Espíritu Santo no es otra cosa que la alternativa a ese mundo dual de apariencias que en sí mismo afirma su propia contradicción, evidenciando con ello que no tiene solución de continuidad, que la verdad no tiene cabida en él (sólo una falsa "verdad" que precisa siempre de su mentira correspondiente para ser concebida -"verdad" apuntalada por la mentira es tan falsa como quien la sostiene-). La alternativa del Espíritu Santo es siempre de paz, porque en el Mundo de Dios no se concibe nada ajeno a esa paz. Nos dice Un Curso de Milagros que la paz es más poderosa que la guerra, porque la paz sana... La guerra es proyección de culpabilidad pero "a lo bestia", y al mismo tiempo es expresión del miedo, pues es a partir de él que comenzamos a percibir a nuestros semejantes como una amenaza que nos hace ponernos a la defensiva y fabricar la idea de la confrontación (la guerra, el duelo -duelo=dolor-)... El Espíritu Santo es esa idea de la sanación que se fortalece al ser compartida. Compartiéndola, nos reconocemos en el Amor de Dios, que es Aquello que eternamente nos crea.

Jesús María Bustelo Acevedo