Quien ataca es movido por el miedo

Quien ataca con la intención de herir a su hermano es movido por el miedo y por la idea absurda de que mediante el ataque puede cambiar ese miedo por libertad. Pero eso es un sin sentido, pues es el miedo el que nos impele a atacar, luego ese ataque fortalece el miedo en nosotros. El miedo no es algo que esté a un lado u otro, está en la persona que lo siente, y mientras no sepa que no forma parte de su naturaleza, no lo reconocerá como algo ajeno que lo somete y le priva del goce de su propia identidad. La supuesta sensación de triunfo que sienten algunos tras atacar no es más que una pequeña caricia que les da el miedo, que es el que sale fortalecido y celebra su victoria. Es un triunfo del miedo, que es el que nos mueve al ataque; si no existiera ese miedo, nunca percibiríamos ninguna supuesta provocación que nos justificara atacar, pues siempre contemplaríamos la Divinidad en nuestros semejantes, y, en cualquier caso, su demanda de amor al olvidar la plena abundancia de él.

Jesús María Bustelo Acevedo

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