No podemos separarnos de Dios, puesto que nuestra vida es la expresión de su propia vida, la vida que Él comparte con nosotros al crearnos. Esto no significa que seamos Dios: también nosotros tenemos hijos e hijas y ellos no son sus padres. La relación filial no puede intercambiarse en sus papeles, el hijo no puede crear al Padre.
Jesús María Bustelo Acevedo
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