Dios es mi Fortaleza

La infinitud de nuestro Ser no tiene cabida en un cuerpo que no se entiende sin lo que no es ese cuerpo. Porque el cuerpo es una máquina dependiente, pero nuestro Ser es libre, completo e independiente. Sólo depende de Aquel que nos hizo por Amor, con Amor y para el Amor; no somos otra cosa que su efecto, el compartimiento de su Naturaleza Amorosa y Eterna, y con ello de todos los dones que la definen... Somos completos, y así lo son todos nuestros semejantes. Cuando los atacamos, los limitamos a lo que ese ataque significa (los límites son siempre del miedo, nunca del Amor infinito), porque no percibimos esa completud que no es más que su Divinidad. Cuando los atacamos vemos un error, no a su verdadero Ser, a nuestro verdadero Ser, en cuya fortaleza no se concibe el ataque.

Jesús María Bustelo Acevedo

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