La paz está en nuestras almas

Nuestras almas amorosas albergan la paz. Y es allí desde donde la compartimos con nuestros semejantes. Esa es la Voluntad de Dios y en ello nos ayuda e inspira el Espíritu Santo. Sólo nuestra fe en él nos facilita esa ayuda y esa divina inspiración. La paz de Dios está en nuestras almas amorosas y el ruido del mundo no puede perturbarla. Todo cuanto nos pudiera privar de ella no es más que falsedad que se deshace, como un sueño ingrato que no nos priva de la alegría del despertar.

Jesús María Bustelo Acevedo

No hay comentarios:

Publicar un comentario