El pecado no pide corrección

El pecado no pide corrección, pide castigo y el castigo no supone corrección. Quien es todo amor no puede castigar, no concibe el castigo; luego quien castiga al pecado forma parte del mismo mundo falso del pecado, puesto que Dios forma parte de esa realidad de amor y de inocencia desde la cual el castigo es inconcebible, y al igual que Dios, toda la Creación de la que formamos parte. Pues somos sus criaturas y sus creadores, no porque lo creemos a Él, sino porque todas nuestras creaciones están hechas con el Amor que de Él hemos heredado.

Jesús María Bustelo Acevedo

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